CATARATA

No hay inconveniente en realizar una cirugía de catarata, así el paciente tenga alguna enfermedad. La hipertensión arterial, diabetes, enfermedades renales, cardíacas o cerebrales, incluso glaucoma, no contraindican la cirugía si encuentran debidamente controladas.

A pesar de realizarse a través de una microincisión y de tener una recuperación rápida, es importante cuidarse. Hay que evitar realizar esfuerzos físicos acentuados o levantar cosas pesadas o estar agachándose constantemente. Las actividades visuales como ver televisión o leer, pueden realizarse en la medida que el paciente se sienta cómodo haciéndolas. Inicialmente la visión es borrosa, pero va mejorando con el uso de las gotas y el transcurso de los días. Por ello cada vez va a poder realizar más actividades, según el lente que se haya implantado. Si el paciente desea caminar, puede hacerlo. Lo ideal es que evite el sol, por lo que se recomienda hacerlo temprano en la mañana o al final de la tarde. En todo caso, siempre se aconseja el uso de anteojos oscuros y gorra en estos casos.

Generalmente se recomienda dormir boca arriba o de medio lado, evitando dormir sobre el lado del ojo operado. Esta es una medida temporal y se busca con ello evitar añadir más inflamación a la cirugía. Después de los primeros días puede volver a dormir sin restricción.

Generalmente el cambio visual se aprecia pronto. Sin embargo, esto también depende del tipo de catarata, de la propensión a inflamarse de cada paciente, del tipo de lente y del tipo de cirugía. A pesar de que los tiempos varíen de paciente en paciente, tras el primer control postoperatorio, el cirujano puede informarle aproximadamente en cuántos días mejorará la visión si es que esta no es buena en dicho control. Es importante recordar que cada cuerpo es diferente y lo normal para unos, no es una regla para todos.

Cada vez es más importante para el Oftalmólogo tratar de ofrecer la mejor visión posible a sus pacientes. Y con ella, procurar disminuir la dependencia del uso de anteojos. Desafortunadamente esto no en todos los casos es posible. Ello depende tanto de las características anatómicas del ojo, de las otras enfermedades que pueda tener tanto el paciente como su ojo y del tipo de lente que se implante. En cada caso aún con las limitaciones que se tengan, se procura siempre implantar el lente que le dé la mejor visión posible a cada paciente. En la mayoría de casos se logra no solo que el paciente mejore su visión previa a la cirugía, sino que además alcance a depender menos del uso de anteojos.